martes, 17 de agosto de 2010

Bananas

"De pequeño robé un libro pornográfico escrito en braille. Llegué a borrar los párrafos más verdes de tanto pasar los dedos por encima." Éste y muchos más son los pequeños destellos de humor que la mente de Allen ya empezaba fraguar en Bananas, uno de sus primeros trabajos. Si bien es cierto que aparecen esas notas de ingenio tan características de su cine, también hay otros gags que no acaban de estar a la altura, hasta caer un poco en el ridículo, pero que se le perdona pues su trayectoria era aún muy verde y su estilo poco definido.

Pese a tan temprano trabajo, ya se pueden ver rasgos típicos de su cine, como la obsesión por el mundo judío y por el sexo o la caracterización neurótica que adquiere Allen como actor. También podemos encontrar muchas referencias al cine mudo como la secuencia donde prueba la máquina para trabajar y ejercitarse (recordando a Chaplin en Tiempos Modernos) o bien la secuencia del metro (con cameo incluido de Sylvester Stallone).

En definitiva, es una película entretenida (ideal para desconectar) en la que ya podremos reconocer el estilo inconfundible de uno de los grandes cineastas de humor americano.

2 comentarios:

  1. Woody es un crack tanto en la comedia como en el drama. Yo no sabría qué registro escoger. Tiene un punto ácido y realista de la vida, aunque a veces su romanticismo le puede, demasiado acentuado quizás en sus películas más recientes.

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  2. bueno, una cosa no quita la otra, sino que complementandose ambas se potencian, comedia y drama, pues la vida real es un poco de cada cosa.

    A mi puede que lo que me gusta más de las pelis de woody allen es su capacidad de contar aquello más absurdo desde una perspectiva totalmente seria, usando en varias ocasiones el falso reportaje (Zelig o Toma el dinero y corre), dando una sensación de realismo en aquello que nos parecería totalmente imposible, y de alguna forma nos gusta creer en tal absurdidad, pues nos hace un poco más ingenuos e inocentes durante un par de horas. Aún así, la realidad siempre acaba superando la ficción

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