domingo, 8 de mayo de 2011

El curioso caso de Angélica

Manoel de Oliveira, pese a sus 102 años, tiene la cabeza bien lúcida y no hay mejor prueba que ver su último trabajo, El curioso caso de Angélica. Por encima de todo es una historia de amor imposible, a modo de cuento de hadas, pero tal y como nos introdujeron hay mucho más para ir rascando y encontrando detalles que van perfilando la mente del director.

Llegados a este punto hago un pequeño inciso para citar a Goddard, cuya percepción del cine es tal que "La fotografía es verdad y el cine es verdad 24 veces por segundo". Esto es vital para entender a nuestro protagonista. Él es fotografo y descubre, a partir de una sessión de fotos, una realidad (verdad) antes imposible para él. A partir de este punto la realidad tal y como siempre la había percibido deja de ser tal, para dar paso a su otra realidad, representada en sueños y fantasias encerradas en el marco de una foto, donde aparece el amor idílico.

Hay un paralelismo que nos invita a pensar que la realidad en la que acaba creyendo nuestro héroe es la auténtica, mientras que su entorno vive en una falsa realidad, y esto convierte la película en algo totalmente mágico. Se trata en la obsesión que tiene en fotografiar a los campesinos trabajando la tierra con el esfuerzo de sus propias manos. Esto la casera no lo entiende, dice que "ahora este trabajo a pasado a manos de las máquinas, que no tiene sentido fotografiar algo que ya está dejando de ser el presente". Él replica que es justamente ese valor tradicional lo que quiere y, en el fondo, encontrar esa realidad en las fotos, sentir en tales el esfuerzo humano y la melodia de sus herramientas trabajando la tierra. Él sueña con esta "melodia" hasta que despierta oyendo el ruido de las maquinas, que acabarán sustituyendo irremisiblemente esa tradición. Todo esto lo vemos exactamente con su amor imposible con Angelica; ve esa realidad en la foto hasta llegar a enamorarse de ella, sueña con ella mientras siente que esta realmente vivo, hasta que despierta y vuelve a habitual realidad que cada vez lo es menos, hasta que deja de serlo completamente.

Para acabar, a tener en cuenta el fantástico aunque poco esperanzador final. En él aparece la habitación de nuestro protagonista, que ya ha escogido el camino sin retorno de la realidad de Angelica, mientras que el resto quedan conmocionados, incapaces de desenmarañar el viaje que ha hecho hacia la verdad. Entonces vuelve a oirse, a través del balcón, esa melodia de los campesinos arando la tierra, ese grito de esperanza hacia la auténtica realidad del factor humano. Impasible, la casera cierra los ventanales para no oír esa música, quedando su mente cerrada y la habitación en completa oscuridad.

1 comentario:

  1. Gracias a esta explicación ahora puedo entender mucho mas de lo que vi. Realmente una película muy interesante, con muchos matices que pueden escaparse si no se está atento.

    Gracias.

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